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La huelga británica de Lindsey Oil, articulo de la LIT

mardi 5 mai 2009

Una polémica sobre la huelga británica de Lindsey Oil

JOSÉ MORENO

El portal del PSTU publicó un artículo de nuestro compañero Jefferson Choma sobre la huelga que se estaba realizando en una refinería inglesa. El artículo resaltaba que la huelga se hacía contra la contratación de trabajadores extranjeros con el lema "trabajo británico para trabajadores británicos" y que por lo tanto era una huelga xenófoba. Poco después de su publicación llegó a la dirección del PSTU una carta de André Ferrari de la corriente Socialismo Revolucionario (SR) del PSOL. En esta carta polemizan duramente contra la postura que defendía el artículo :

"Un reciente artículo publicado en la página del PSTU en internet de autoría de Jeferson Choma, titulado ’Gran Bretaña : una huelga que los patrones agradecen’, acusa a los huelguistas, trabajadores subcontratados, de la Refinería de Petróleo de Lindsey, en North Lincolnshire, Inglaterra, de adoptar una postura que sólo ayuda a los patrones. Repitiendo el mismo abordaje distorsionado de los grandes medios de comunicación de la burguesía, el artículo de la página del PSTU reprende a los trabajadores huelguistas por realizar una "campaña xenófoba", un movimiento contra la contratación de trabajadores inmigrantes. El título y el contenido del artículo no dejan dudas en relación a la postura contraria a la huelga por parte del articulista del PSTU".

Socialismo Revolucionario forma parte de la corriente internacional CWI (siglas en inglés del Comité por una Internacional de Trabajadores. que ha defendido esta huelga) y reproduce las informaciones que sus compañeros del Socialist Party de Inglaterra han difundido. Considerando que existe una polémica internacional donde hay organizaciones que defienden la huelga y niegan su carácter xenófobo, acusando a los que no compartimos su posición de creernos las mentiras y la campaña de la prensa burguesa, hemos considerado que era necesaria una respuesta pública. Más aún cuando estamos viendo que, con el fin de esta huelga, no han acabado los conflictos de este tipo y nuevas huelgas han aparecido en Inglaterra con los mismos lemas. Los sindicalistas convocantes ya habían avisado de que esto era solo el comienzo.

La xenofobia en Inglaterra

La huelga que comenzó a finales de enero de los trabajadores de la construcción civil británicos de la Linsdey Oil se extendió a varias plantas de otras ciudades. El compañero André Ferrari nos explica que llegó a 20 ciudades y que fue impuesta por las bases contra la dirección sindical, en lo que se considera una huelga ilegal en Inglaterra, produciéndose además importantes movilizaciones.

La causa de la huelga fue la contratación de 195 trabajadores extranjeros, en este caso portugueses e italianos. La noticia se conoció por un contratista británico que anunció que iba a tener que despedir gente a partir del 17 de febrero porque la refinería había concedido la construcción de una planta a otra subcontratista, en este caso a la italiana IREM, que traía a sus propios trabajadores desde Italia y Portugal. Los huelguistas exigían que se contratara a trabajadores británicos. El lema de los huelguistas "trabajo británico para trabajadores británicos" se ha conocido en todo el mundo. El conflicto acabó con el acuerdo de contratar a 102 trabajadores británicos.

Según el portavoz del sindicato convocante, la huelga "es contra las compañías foráneas que discriminan a los trabajadores británicos. Es una lucha por nuestro derecho al trabajo, no una pelea racista". Este es el argumento que defienden Ferrari, el Socialist Party, el CWI y también la Corriente Marxista Internacional de Alan Woods. Insisten, todos ellos, además, en que hubo incluso algún llamamiento a unirse a la huelga a los trabajadores extranjeros para que exijan iguales condiciones laborales que los británicos. La multinacional TOTAL y la contratista de la obra en cuestión, la italiana IREM, así como el gobierno británico dicen que las condiciones laborales de los trabajadores extranjeros eran iguales a las de los trabajadores británicos y que se había contratado a italianos y portugueses porque no encontraban especialistas entre los trabajadores locales. Es probable que las multinacionales y el gobierno de Gordon Brown hayan mentido para quitarle fuerza a la huelga, porque de hecho hay 3 sentencias judiciales que permitieron la contratación de trabajadores extranjeros con salarios de los países de origen. También sabemos que los trabajadores italianos y portugueses de esa obra viven en un barco de la compañía.

Los que defienden la huelga minimizan la importancia del uso de las consignas xenófobas que se han utilizado, consignas, que ellos rechazan abiertamente. Plantean que la plataforma que se aprobó por parte de la asamblea de trabajadores, a propuesta de un compañero del Socialist Party, no incluía el lema de trabajo británico para trabajadores británicos y que era a favor de todos los trabajadores. Que hubo carteles en italiano llamando a estos trabajadores a participar en la huelga, etc. Pueden seguirse todos los argumentos que esgrimen en su texto. Sin embargo dicen que en los primeros días no había dirección y fue de forma espontánea que los trabajadores utilizaron estas consignas y acaban reconociendo que la xenofobia existía pero que gracias a su intervención no se fortaleció.

Bill Mullins, del Partido Socialista (CWI Inglaterra y Gales), el 13 febrero 2009, declara, al final de su artículo que : "Si el Partido Socialista no hubiera participado activamente en esta pelea, hubiera existido el peligro de que tales actitudes se hubieran fortalecido. En lugar de eso, se logró una maravillosa victoria que sienta las bases de la sindicalización de los trabajadores extranjeros y fortalece la unidad de clase".

Esta tesis también es defendida por Rob Sewell, editor de Socialist Appeal (de la corriente de Alan Woods, conocido propagandista del chavismo) : "Los representantes sindicales se negaron a unirse a la campaña racista de la prensa amarilla". (Artículo La huelga en Lindsey y las mentiras de los medios de comunicación).

En resumen, para los defensores de estas huelgas estas no eran racistas ni xenófobas y se hacen contra el dumping social (la posibilidad de que empresas utilicen mano de obra más barata en competencia desleal a las demás), defienden los derechos de los trabajadores inmigrantes, quieren que no les exploten, defienden sus derechos sindicales y además son un ejemplo para todos los trabajadores europeos. Si hubo alguna consigna xenófoba fue porque no hay huelgas puras, por confusión de los huelguistas o por hacerle simplemente una ironía a Gordon Brown.

Trabajo británico para trabajadores británicos

Las razones de fondo de la huelga son los estragos que esta produciendo la crisis económica : el crecimiento del desempleo, cierres y despidos en la industria británica. El problema está en que por mucho que se la quiere adornar ha sido una huelga xenófoba. La consigna de la huelga de trabajo británico para trabajadores británicos fue tomada de un lema que el mismo Gordon Brown (primer ministro británico y jefe del partido laborista) copió de ultraderechista BNP (partido nacional británico). Otras consignas esgrimidas por los huelguistas exigían poner a los trabajadores británicos primero o los extranjeros nos quitan el trabajo.

Estas consignas son las mismas que utilizan las organizaciones ultraderechistas en toda Europa. Y no solo fue un problema de consigna sino que llegó a tener consecuencias directas contra los trabajadores inmigrantes : un piquete de trabajadores de la refinería de Lindsey fue a la barcaza donde se encontraban los italianos y portugueses para decirles que se volvieran a su país de malas maneras. Estos trabajadores contaban que encontraban el rechazo de la población por lo que salían poco a la ciudad. Estas consignas que fueron las que esgrimían los huelguistas de la Lindsey Oil no solo no desaparecieron de la huelga sino que se sigue utilizando en las siguientes.

¿Qué pedían los trabajadores en huelga ?

Es un hecho que la burguesía utiliza la mano de obra inmigrante para presionar a la baja los salarios y las conquistas de los trabajadores. La parte de la directiva Bolkstein, que no fue aprobada, que permite contratar trabajadores de otros países de la unión europea con los salarios del país de origen, se ha empezado a aplicar en varias empresas gracias a sentencias judiciales.

Pero el oponerse a la discriminación salarial de los trabajadores inmigrantes no fue el eje de esta huelga, ni de otras protestas posteriores, sino la exigencia de contratar mano de obra británica :

"Es un escándalo -dice un comunicado-, y más en las actuales circunstancias económicas. No tenemos nada en contra de los trabajadores de otros países, pero sí de que los nativos no puedan competir con ellos en igualdad de condiciones. Si en Lindsey los cuestionados eran trabajadores portugueses e italianos, en Staythorpe son españoles, subcontratados por la firma francesa Alston, para construir una turbina. Los principales sindicatos del sector hablan de 850 puestos de trabajo en juego y piden que se repartan con los británicos. "Claramente, no tienen intención de contratar a nadie. Han hecho los contratos fuera, con empleados que no son británicos, pero creemos que hay mano de obra local disponible", declaró a la BBC el representante del sindicato Unite, Steve Syson. "Queremos transparencia y ver cuánto han pagado a los contratados extranjeros", añadió. (Begoña Arce, El Periódico)

Si fuera como dicen los compañeros defensores de la huelga no deberían haber incluido entre sus reivindicaciones el que se contratara a trabajadores británicos, simplemente debían haber hecho huelga para que los que fueran contratados tuvieran, si es que no los tenían, los mismos derechos salariales y sindicales.

Veamos el resultado de la huelga inglesa que los trabajadores británicos han tomado como un triunfo : de los 198 que se iban a contratar para esa obra 102 serían británicos sindicalizados. O sea, hay 102 trabajadores italianos y portugueses que estaban a punto de firmar el contrato que se han quedado sin este puesto de trabajo.

En su afán de buscar argumentos a favor de su apoyo a la huelga inglesa, el compañero Ferrari la compara con la encabezó CONLUTAS en São José dos Campos, en Brasil :

"El propio sindicato de los metalúrgicos de São José dos Campos y Región, donde el PSTU tiene mayoría en la dirección, protagonizó el año pasado una heroica lucha contra el intento de la General Motors de contratar 600 nuevos trabajadores temporarios con menos derechos y con salarios rebajados con relación a los demás trabajadores de la empresa. Esta movilización tuvo que enfrentar una brutal ofensiva unificada de los patrones, la alcaldía, la Iglesia y los medios de comunicación, que acusaban el sindicato de estar contra la generación de empleos y el desarrollo de la región. El sindicato y los trabajadores resistieron y al final consiguieron arrancar más derechos, aunque fuese lo ideal, para los nuevos trabajadores contratados"

Pero la huelga de la Lindsey Oil no fue una lucha como la de Brasil para que los nuevos contratados tuvieran los mismos derechos, sino para que se contratara a otros trabajadores, a los británicos que, según los sindicalistas ingleses, estaban siendo discriminados por no ser contratados tanto por la empresa IREM o por la Alston.

A raíz de la huelga xenófoba de Lindsey Oil, el gobierno británico exigió a las instituciones de la Unión Europea que la regulación de los trabajadores desplazados se modifique en beneficio de los trabajadores locales. Esto facilitará aún más la discriminación de la que ya son objeto los trabajadores inmigrantes.

La exigencia de contratar trabajadores y realizar huelgas y ocupaciones de empresas para conseguirlo es una acción obrera que gran importancia y que ha obtenido éxitos en muchas ocasiones. Es probable que sea una práctica que se extienda en este tiempo de crecimiento del desempleo. Pero si se hace contra otros trabajadores por el hecho de ser extranjeros pierde todo carácter de clase : divide a los trabajadores por nacionalidades y acaba fomentando la opresión del sector más débil de los trabajadores, los emigrantes. Los mensajes racistas y xenófobos acaban entrando en las filas obreras a través de argumentos del tipo de los emigrantes aceptan sueldos y condiciones de trabajo inferiores a las de los trabajadores nacionales, como si los emigrantes lo aceptaran por gusto, como si tuvieran posibilidades de elegir.

Los gobiernos ahora aparecen como defensores de la libre circulación de trabajadores y contra la xenofobia y el racismo cuando en realidad son los responsables de esto al fomentar legislaciones de extranjería que producen de hecho ciudadanos de segunda categoría. Lo que les interesa es que las empresas puedan contratar a los trabajadores que quieran con los salarios más bajos. Esta huelga les viene mal en ese sentido pero les ayuda en el de dividir a los trabajadores. Su objetivo es ir alejando la posibilidad de una movilización de conjunto de la clase obrera europea contra la crisis.

Las burocracias sindicales contra la unidad de la clase obrera

Los sindicalistas británicos que impulsaron la huelga de las refinerías han contribuido a dividir a los trabajadores europeos más que las leyes de extranjería. El peligro del "nacionalismo", que dicen que fue atajado en la esta movilización, pensamos que se fortalecerá mientras se realicen huelgas contra la contratación de trabajadores de otros países. Han facilitado que el fascismo pueda hacer pie entre los trabajadores británicos. Es normal que el BNP hiciera una fiesta con esta huelga. Su ejemplo puede cundir en otros países enfrentando a los trabajadores de cada país contra los de los demás. En Italia se llegó a plantear que habría que echar a los trabajadores británicos que hay en suelo italiano Los sindicatos británicos exigen medidas proteccionistas para los trabajadores británicos lo que significa discriminar a los trabajadores extranjeros, incluidos como en este caso también a los de otros países de la Unión Europea. En España CCOO y UGT aceptan que se discrimine a los trabajadores inmigrantes que no tengan permiso de residencia de larga duración.

Es nefasto el papel de la burocracia sindical en estos años que utiliza argumentos como los de defender las condiciones laborales de los trabajadores autóctonos promoviendo así el corporativismo y la compartimentación de los trabajadores. Por eso a nosotros no nos sorprende el papel de la dirigencia sindical que relata Rob Sewell de Socialist Appeal :

"Pero sorprendentemente, el secretario general del sindicato UNITE, Derek Simpson, accedió a posar para el Daily Star, rodeado de dos mujeres jóvenes que llevan camisetas con la imagen del periódico y con los mismos carteles : Los empleos británicos para los trabajadores británicos. Ese mismo día, los fotógrafos del Daily Star y las mujeres en cuestión habían estado en el piquete de huelga, pero los huelguistas les habían dejado claro que no eran bienvenidos."

Defender las consignas xenófobas es la consecuencia lógica de años fomentando la división entre los trabajadores, algunos como Simpson lo han hecho abiertamente, en otros el apoyo es vergonzante.

Una respuesta de clase al desempleo

Para que esa respuesta pueda concretarse los trabajadores europeos tendrán que enfrentar la xenofobia que los gobiernos y las burocracias sindicales están fomentando ya que los problemas de los trabajadores son los mismos sean del país que sean. La extensión de consignas xenófobas es el resultado de que no han sido combatidas por las burocracias sindicales. Esconder o minimizar la falsa conciencia que tienen los sectores más atrasados de los trabajadores es lo que las corrientes que han defendido la huelga de Lindsey Oil están haciendo, con lo que le capitulan a las consignas xenófobas.

Combatir la xenofobia y el racismo entre los trabajadores no se hace solo con discursos sino planteando soluciones de clase contra los efectos de la crisis. Para combatir el desempleo es necesario movilizarnos para conseguir trabajar menos para trabajar todos sin disminución de salarios, es la consigna que recoge el programa de transición contra el desempleo : la escala móvil de horas de trabajo. La lógica que plantea la burocracia sindical lleva primero a discriminar a los inmigrantes, pero en otros lugares lleva a que es preferible que no se contrate a trabajadores que no sean de esa ciudad, o que se despida a los trabajadores de las subcontratas, pues no son parte de la plantilla, o que se despida a los trabajadores precarios porque no tienen las mismas garantías salariales y laborales que los trabajadores fijos, después serán los de tal o cual edad. La única garantía para defender los puestos de trabajo es la unidad de todos los trabajadores. Para ello tenemos que exigir igualdad salarial, y que todos los trabajadores tengan los mismos derechos laborales, sindicales y políticos. Exigir los mismos derechos va a servir para que enfrentemos juntos a los que están condenando a la miseria a millones de trabajadores en todo el mundo, en fin que la crisis económica la paguen los capitalistas y no los trabajadores.

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